miércoles, 23 de abril de 2014

Escuela de Padres- ¡Quién manda aquí!



Buenas tardes, os dejamos con un extracto muy interesante acerca de la educación de la disciplina en edades tempranas.

El libro en cuestión se titula ¡Quién manda aquí (educar a los hijos con una disciplina coherente y efectiva)! (Nora Rodríguez. Editorial Juventud), por si algunos de vosotros/as desea completar su lectura.

 

 

Esperamos que sea de vuestro agrado.

Un saludo.



EL DECÁLOGO ANTE LAS RABIETAS FRECUENTES.


¿Tiene vuestro hijo rabietas frecuentes?  Si es así es importante, antes de actuar, que los padres busquen la verdadera razón de ese comportamiento, es decir, si lo hace como una vía de escape para expresar su angustia, si se trata de un modo de poner a prueba vuestra falta de firmeza, o si con ello busca protagonismo. Sin duda, infundirle más ansiedad esperando que se comporte como lo que no es, es decir como un niño mayor o una persona diferente sólo agrava las cosas. Una rabieta de tanto en tanto no es preocupante, porque es el único modo que tiene un niño de expresar las emociones negativas, así que no hay por qué impedírselo mientras no se haga daño a sí mismo ni se lo haga a otros. Sin embargo, cuando esta conducta es reiterada, puede tratarse de que él crea que ésa es la única forma que tiene de conseguir lo que quiere, ya se trate de caprichos o de un poco más de atención y afecto. En cualquier caso, éste es el decálogo frente a una rabieta…
1.    No gritar o ponerse más nervioso que el niño. Si no os resulta posible disminuir los estímulos que lo excitan, no reaccionéis impulsivamente para consolarlo o castigarlo, ya que esto no resuelve nada y tampoco les enseña a tolerar la frustración. Lo mejor es mantener una actitud serena y una expresión neutral. Recordad que ellos necesitan de esa descarga y que el único comportamiento que se modifica al expresar la rabia es el de ellos, no el tuyo.
2.   Averiguar la causa real(cansancio, hambre, rebeldía, frustración…). Es decir, averiguad si vuestro hijo está utilizando el viejo truco del llanto y los gritos para salirse con la suya, si no encuentra un modo más adecuado de lograr sus objetivos, si está imitando la actitud de otro adulto que estaba enojado en aquel momento, si está actuando así porque rechaza la situación en la que está inmerso o si se trata de varias cosas a la vez.
3.   No le deis lo que pide con su mal comportamiento. Manteneos firmes. Recordad que a esta edad hará lo que esté en sus manos para no aprender que sus actos tienen consecuencias.
4.   No intentéis explicarle o convencerlo de que eso que está haciendo está mal, sólo manifestad vuestro desacuerdo utilizando el lenguaje no verbal. Por ejemplo, poniéndoos serios, cruzando los brazos y en actitud de espera.
5.   Si lo consideráis oportuno, distraedlo llevándolo a un lugar apartado y sentadlo en el suelo hasta que se calme.
6.   Prohibido utilizar cualquier tipo de violencia física.
7.   No dejéis que la gente tome partido por vuestro hijo poniéndose en contra vuestra con expresiones como:”pobrecito”.
8.   Nunca prometáis en vano. Por ejemplo diciéndole: “si te portas bien te compraré…”.
9.   No lo comparéis con otros niños que , a tu juicio, se comportan mejor, hermanos, primos…
10.               Enseñadle  las ventajas de estar tranquilo cuando lo logre.


LO QUE NUNCA HAY QUE HACER SI SE QUIERE LOGRAR UNA DISCIPLINA QUE LOS AYUDE A CRECER.

·        Utilizar frases que comienzan con palabras como siempre, nunca, jamás. Este tipo de tratos tienen connotaciones de hostilidad, reproches, humillación por parte de quien las pronuncia y , como consecuencia, provocan falta de interés y escasa cooperación por parte de los niños.
·        Usar comparaciones con fines peyorativos. Vuestro hijo no sólo se sentirá extremadamente denigrado y avergonzado porque vosotros sois una imagen de autoridad no sólo ahora sino en el futuro.
·        Halagar y denigrar su persona( ¡eres genial!¡eres lo peor!). Ambas cualidades dichas por los padres o personas con autoridad los hace sentir culpables debido a que no saben cuándo serán aceptados y amados y cuándo no…
·        Compararlo con hermanos o con cualquier otro niño. En estos casos, los niños no sólo se perciben como seres inferiores sino que pueden transformase en víctimas y sentir celos incontrolados de aquel con quien se le compara.
·        Valerte de errores del pasado para hacer ver que tienes razón( yo te lo dije, sabía que te pasaría tal cosa…;o no te acuerdas aquella vez que…). Mediante esta forma sutil de educar vuestro hijo para que no cometa los mismos errores lo único que hacéis es sacar vuestra  cólera por no estar de acuerdo con él.
·        Disimular el enfado o la ira tras una máscara de falsa comprensión. Si estáis enojados con vuestro hijo, él debe saberlo. Decirlo de otro modo es para ellos humillante.
·        Dar órdenes a los niños o decirles cómo tienen que actuar cuando manifiestan sus sentimientos, impidiendo que piensen por sí mismos y que aprendan de su propia experiencia. Este tipo de trato los invalida como personas.
·        Obstinarse en querer tener razón más que ayudar a crecer al niño. Para vuestro hijo es más importante que vosotros y él seáis felices.
·        Competir con el hijo para ver quién tiene más poder.
·        Mostrar impaciencia o preocupación por las obligaciones más que por lo que a él le sucede como persona. Frases del tipo:”ahora déjame, que estoy ocupada…” le harán sentir que para él no tiene ningún valor.
·        Exigirle que se comporte como lo haría un adulto.
·        Dar pautas de comportamiento según vuestro estado de ánimo. Las pautas ansiosas por parte de los adultos refuerzan las conductas inaceptables.
·        Esperar que vuestro hijo haga cien veces algo mal para imponer orden. Él no comprenderá por qué antes sí se lo permitías y ahora no. Dejar para mañana la enseñanza de un límite es tan destructivo como amenazar ya que esto produce resistencia a los cambios. Los padres que dan una segunda, tercera, décima oportunidad antes de entrar en acción no son tomados en serio por sus hijos, incluso si son pequeños.
·        No decir con claridad qué conducta ha causado vuestro enfado. Aunque no es conveniente que éste dure mucho tiempo, ya que entonces vuestro hijo podría sentirse culpable, es importante que sepa exactamente qué cosa os ha hecho enfadar.
·        Discutir con él. Si es pequeño tal vez no comprenda el significado de vuestras palabras, pero si le miráis a los ojos y le habláis con voz firme sabrá de inmediato que algo no va del todo bien.
·        Juzgarlo por algo que no ha hecho como vosotros esperabais. Pensad que un niño no es desordenado porque después de pintar ha dejado los papeles y los lápices de colores en medio del suelo. No todos concebimos del mismo modo el desorden y puede que tu hijo no lo vea como vosotros, en especial porque los niños son creativos por naturaleza y la creatividad muchas veces está reñida con el concepto general que se tienen de pulcritud. En todo caso, enseñadle cuáles son los beneficios de vuestro punto de vista.

1 comentario:

  1. Lo veo unas sugerencias aceptables en casi todas la pautas, porque acabamos de llegar al punto de discordia, el violencia física como escarmiento si o no, esto se debe enfocar desde muchas mas perspectivas, es obvio que nunca se debe apalizar a un niño eso esta claro, pero llegamos al extremo del que el niño se ríe de su padre, o acaso no habéis nunca en la calle visto a un niño tirar petardo o cohetes en sitios que pueden resultar peligrosos para ellos (vegetación) o para personas ajenas (cohetes cerca de bloques de edificios), llegan sus padres o su herman@ le echan una bronca siguiendo esas pautas, pero al día siguiente esta ahí, al fin y al cabo somos animales, no voy a entrar en temas de evolucionismo o creacionismo en un blogg católico, me parece una bobada que no llevara a ningún sitio, pero viniendo del mono o no somos animales, y de los mas atontados diría yo, solo nos acordamos de algo si nos golpea en la cara con fuerza, puede ser una detención, una quemadura grave un una ligera ostia del padre para que se acuerde el niño.

    Pd: La portada del libro no es muy atrayente precisamente jajajajaja

    Fdo: un exalumno, que no ha seguido la doctrina cristiana que le habéis intentado inculcar pero que os recuerda podéis llamarme XIV

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