viernes, 5 de febrero de 2016

Los miedos infantiles a cada edad.

LOS MIEDOS INFANTILES A CADA EDAD



Los miedos infantiles deben contemplarse como algo normal y positivo en el desarrollo infantil. Constituyen una función adaptativa y protectora del entorno; aunque a veces, estos miedos pueden suponer un obstáculo en el crecimiento feliz del niño o la niña.
¿Cómo detectarlos?
El niño/a presentará llanto, postura tensa, ojos muy muy abiertos, respiración agitada, movimientos repetitivos, insistencia para que se les coja en brazos, deseo de huida del lugar, falta de apetito, quejas de dolores…

·         Desde el nacimiento: miedo instintivo a sonidos fuertes y movimientos bruscos.

8 meses. Miedo a las caras desconocidas. Respeta la necesidad de estar con la madre y no fuerces a estar en brazos de otras personas.

10 meses. Miedo a perder a personas de vista. Aún no tienen adquirida la permanencia del objeto y, hasta los 18-24 meses, lo que no ven, es como si no existiera.
Explícales que vas a volver. Háblale  desde otras habitaciones.

24-30 meses. Miedo a la separación. Cuando la noción de permanencia del objeto está adquirida, puede seguir existiendo miedos relacionados con el apego. En estas edades suele haber problemas a la hora de quedarse en casa de otras personas o en la escuela infantil. Realiza adaptaciones graduales, déjales un objeto de apego, explícales qué va a hacer en el lugar, cuánto tiempo estará y que volverás. Después de él o ella haga una actividad en concreto (para facilitar la orientación temporal). No te vayas a escondidas, pues aumentará la inseguridad, pero tampoco la alargues demasiado. Leerle cuentos relacionados puede ayudarle. Pregúntale qué ha hecho cuando vayas a recogerlo.
MIEDO a personas disfrazadas. No le obligues a acercarse a estas. Explícales que son personas y que están disfrazadas. Obsérvalos con él o ella desde la distancia.
MIEDO al agua. Es normal que le de miedo encontrarse en un entorno desconocido. No te separes de él o ella mientras está en el agua, introduce juguetes para darle más seguridad y distraerlo. Juega a juegos de agua, de vaciar y llenar, con objetos flotantes, con jabón…si el miedo es en la bañera, llénala paulatinamente. Si es el mar, intenta que al inicio pueda tocar siempre el suelo.
MIEDO  a la oscuridad y los monstruos. Empieza a distinguir entre el bien y el mal, pero no entre fantasía y realidad. No lo asustes para que haga lo que desees con expresiones como “viene el coco”. Juega con él o ella explorando su habitación antes de dormir, déjale una luz encendida cerca, transmite que estás cerca, que está seguro y que esos seres no existen y no le harán daño.
Podéis hacer dibujos de monstruos con aspecto amigable. Lee cuentos antes de dormir y juegos de relajación. Marca la rutina de antes de dormir como algo divertido y relajado y no como un evento de separación traumática.
MIEDO a los animales. El comportamiento animal es algo que el niño o niña no puede controlar. Es más inesperado que el de una persona. Muestra que tú no tienes miedo, no lo obligues a acercarse pero no huyas del lugar.
Si es un animal doméstico de confianza, cuando veas al niño/a preparado/a, puedes hacer juegos con el animal. Puedes hacer juegos con el animal. Puedes regalarle un peluche de animales, leer cuentos relacionados o ver películas. Explícales por qué se comportan así.
MIEDO al médico. Relaciona a las personas con bata, con un entorno en el que se siente inseguro y en el que le han hecho cosas que no han sido agradables, como las vacunas. Explícale qué hará en el médico y para qué, y que el médico es una persona como otra cualquiera. Deja que lleve un juguete. Puedes llevar un lápiz y papel para que haga un dibujo mientras que el médico hable con los adultos, y pueda después regalárselo a éste para la consulta. De este modo, habrá un nuevo motivo para ir a la consulta: ver su dibujo expuesto.  Tras la visita, haced alguna actividad de premio. Lee cuentos relacionados con este entorno, con las partes del cuerpo…en el dentista una de las cosas que más asustan son los sonidos: ponle nombres infantiles a los instrumentos y relaciona los sonidos de los mismos.
MIEDO a fenómenos meteorológicos adversos. Como otros miedos, se debe a que se sienten inseguros ante algo que no pueden controlar. Es importante explicar que no es causado por alguien que quiere causarle un mal. Leer cuentos, explicar cómo se forman y por qué suenan así,  y que es sólo sonido. Compararlo  a otros sonidos fuertes y relacionarlo, por ejemplo: el vecino arrastra muebles, están echando fotos con cámaras gigantes, etc… entretenerlos mientras dura la tormenta, cantar o poner música…
MIEDO por su integridad física: a  caer y hacerse daño, a cortarse el pelo o las uñas, etc… es importante hacer juegos de cuidado con muñecos: cortar el pelo, curarlos… no dar excesiva importancia a estos momentos, explicarles que son partes del cuerpo que no sienten, como los muñecos. Corta el pelo y uñas sentado/a en tu falda. Cantar o hablar mientras se realiza la actividad. Valora la idea de la tirita mágica o emocional.
No gritar o lamentarse cuando se caiga.

A partir de los 12-18 meses. Pesadillas y terrores nocturnos. Las pesadillas se dan porque el niño/a no es capaz de asimilar lo ocurrido en el día. Es importante fijar una rutina relajada, acudir a consolarlos si tienen pesadillas, darles confianza para que cuenten sus preocupaciones, transmitirle que no está solo/a y que las pesadillas no son reales. Los terrores nocturnos se producen por la inmadurez del sistema nervioso y el cansancio. El niño/a no se despierta pero está asustado y con los ojos abiertos. Cuando se despierta no recuerda lo ocurrido, así que no le despiertes, quédate a su lado y ofrece calma.

RESUMIENDO…

         NO aumentes su miedo, ni propicies que huya del mismo, pero no fuerces a que lo supere.
         NO lo ridiculices. Para él o ella, su miedo es importante.
         Explícale qué pasará antes, durante y después de acercarse al estímulo.
         Acerca el estímulo en cuestión de forma gradual, con explicaciones previas que lo acerquen al pensamiento racional (explicándoles por qué no deben tener miedo).
         Fomenta que comunique y exprese sus miedos de forma oral o escrita (dibujos).
         Aplica técnicas de relajación.
         Apóyate en materiales y elementos que te ayuden a acercarlos a sus miedos y a comprender la realidad de forma racional: cuentos, películas, música, luz, juegos, dibujos, etc.
         No lo engañes para forzarlo/a  a que supere el miedo: desaparecer en la despedida de la escuela infantil, desaparecer de la habitación o dejarlo solo en la oscuridad…
         Motiva para que aumente su autoestima y reconozca que ella o él puede tener el control en muchas situaciones y que depende de lo que piense de las coas, para ello: relaciona el estímulo que le causa miedo con cosas cotidianas sobre las que el niño/a sí  tiene control. Por ejemplo: ruido de fenómenos meteorológicos con el ruido de arrastrar muebles…

         Puedes pedir ayuda profesional si el miedo es muy acusado y persiste en el tiempo.

         Ten encuentra que cada niño/a es único, y que la actitud y el modelo de crianza de los adultos puede repercutir en ello: un modelo autoritario, puede crear niños/as con personalidad insegura, debido a la presión y falta de confianza que perciben, al igual que un modelo sobreprotector, que no deja que el niño/a resuelva sus problemas, propiciando la inseguridad en sí mismo. La clave es un modelo democrático y asertivo.

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